#madridparaprincipiantes Navibús

Hay planes que definen la Navidad y si tenéis pensado venir a Madrid en estas fechas, hay numerosas tradiciones que no pueden faltar. Además de la visita obligada a Cortilandia, el mercadillo de la plaza mayor y el chocolate con churros de San Gines, yo tengo dos planes imprescindibles:

Uno, el belén del palacio real, para mí, el más bonito de la ciudad, y además te das un (breve) paseo por palacio que nunca está de más imaginarse a Letizia saliendo hacia la Almudena el día de su boda :-), soy incapaz de pasar por ese patio sin recordar esa escena, cosas mías... Es un belén Napolitano que de verdad vale la pena y además es gratis. 

El segundo plan imperdible (más bien el primero) es el Navibús (ahora Naviluz) que es un autobús de dos pisos que recorre las principales calles con alumbrado navideño. Lo hemos hecho cada uno de los años que llevamos aquí, cada vez con alguna visita diferente y cada vez me gusta más. 

Además de ver las luces tranquilamente, es la mejor manera de disfrutar de la arquitectura de los edificios de Gran Vía que normalmente no se aprecia desde la calle, hasta que no subí por primera vez en este autobús, no me di cuenta de lo bonitos que son ( mi preferido será por siempre jamás el Hotel Atlántico, una pequeña maravilla que bien podría haber sido un balneario de la costa Azul).

Este año además (y por fin!!) se pueden comprar las entradas on line y evitar las larguísimas colas que había que hacer antes. Así que si estáis por aquí en estas fechas, os dejo el enlace pinchando aquí. Como es servicio del ayuntamiento, cuesta 2€ la entrada de adultos y los niños menores de 7 años viajan gratis.

Hay una única parada en la calle Serrano, en la plaza de Colón, la ruta dura unos 40 minutos, recorre las calles de Serrano, Alcalá, Gran Vía , Velazquez y Ortega y Gasset, y estará disponible hasta el 6 de Enero.

Subir al autobús es meterte de lleno en el ambiente navideño, es imposible subir sin salir con ganas de empezar a cantar villancicos o comer polvorones, simplemente da mucha alegría. Y mucha culpa de esto la tienen los propios empleados de la EMT, que no pueden ser más encantadores. y eso, en este tipo de servicios, se agradece y mucho.