En esta casa se lee, y se lee mucho, cada uno lo suyo, eso sí, pero cuando nacieron mis hijas, tenía claro que inculcarles el gusto por la lectura era hacerles un grandísimo regalo.
No es fácil y no tengo fórmulas mágicas, quizás el "si tu lees, ellos leen" y llevarlas a una biblioteca sean las mejores respuestas, pero lo cierto es que las dos, y sobre todo la mayor, empiezan a ser lectoras compulsivas y eso me "llena de orgullo y satisfacción" :-).
Manolito era un personaje que no nos tocaba por generación, para mí llegó demasiado tarde y para mis hijas muy pronto, así que en realidad eran libros con los que no coincidíamos en el espacio/tiempo. Manolito, como Harry Potter sólo eran libros que yo regalaba a niños cuando aun no tenía las mías propias. Pero en literatura, como un ovillo, un autor te lleva a otro, y yo conocí los libros de Elvira Lindo hace ya algunos veranos. Me parece una escritora extraordinaria para mayores con dos joyas que recomiendo a todo el mundo (y regalo mucho también) "Lo que me queda por vivir" y "Lugares que no quiero compartir con nadie", así que no dudé en que Manolito tenía que ser una buena idea para mis hijas.
Y no me equivocaba, Manolito fue una lectura de verano primero, una lectura en voz alta en la cama, las tres solas tronchándonos de risa. Por todos esos momentos Manolito tenía que estar en nuestra sección de Literatura infantil. Ya sé que es un básico, un clásico o como queráis llamarlo, ya sé que no os descubro nada, pero a lo mejor hay alguno como yo, que por generación se lo ha perdido y aún está a tiempo de recuperarlo. Porque todos los diarios de Greg, Nicky, Sofía... todos los diarios del mundo están muy bien, pero Manolito tiene un tono mucho más "castizo", más nuestro, casi de costumbrismo que lo hace muy especial. Cada uno de sus personajes son tan de "andar por casa" que es fácil adoptarlos como nuestros, con su día a día sin postureos, porque la familia García Moreno no sobrevivirían a ningún filtro de Instagram :-), para qué negarlo y por eso son estupendos.
Manolito se convirtió en algo tan nuestro que enseguida mis hijas adoptaron parte de sus expresiones (y yo misma también), y cuando nos trasladamos a Madrid, su primera pregunta fue si podríamos irnos a vivir a Carabanchel Alto :-), Manolito dejó de ser una lectura, para ser una referencia (mi cole es como el de Manolito, este niño se parece a Orejones...)
Hace muy poco Elvira Lindo publicó un artículo donde hablaba del cariño de los niños hacia sus escritores favoritos, que no es, evidentemente, el mismo que reciben de sus lectores los que sólo escriben para adultos. Para mis hijas ella misma, Roal Dalh o Lauren Child son ídolos, se encontraron con ella en Tipos Infames y en la foto que se hicieron juntas la abrazan con tanto cariño como si fuese de la familia, me encanta. Suele quejarse del poco valor que se le da muchas veces a los libros infantiles, pero yo no puedo entender mi vida (lectora) sin el impacto de autores como Enid Blyton (y sus picnics locos con cerveza de jengibre), Michael Ende, Louisa May Alcott o Roald Dahl, y nunca dejo de incluir en esas listas que todo el mundo pide de tus imprescindibles "Cuando Hitler robó el conejo rosa" que leí con diez años.
Así que este verano, si es que vuestros hijos aún no lo han descubierto, (o vosotros mismos) os recomiendo que les regaléis el universo de los García Moreno (ya me diréis cuánto tardáis en haceros fans del imbécil). Porque engancha, y mucho, sólo tenéis que ver estas fotos de mi hija y mi sobrina, que iban a posar para el post y acabaron así, partidas de la risa primero y leyendo tranquilas después... Si tenéis niños cerca, este verano, menos Manolos y más Manolitos !!
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